sábado, 28 de julio de 2012

LA MUERTE TE CAMBIA LA VIDA: YO


La  primera vez que tuve contacto con la muerte tenía aproximadamente seis años.Recuerdo vagamente estar en una parada de camión con mi mamá, le pregunté a dónde íbamos y me dijo que teníamos que comprar tela, palabras más, palabras menos me conto que mi abuelo (paterno) había muerto.
Conservo escasos recuerdos sobre mi infancia, y la muerte de mi abuelo no es la excepción. Ráfagas de imágenes vienen a mi mente, solo personas de aquí para allá, solo indicaciones de no hacer ruido. La primera vez que conviví con la muerte y ni siquiera entendí que era lo que estaba pasando.
Pasaron alrededor de seis años más, el episodio se repitió, pero con diferentes matices.Recuerdo que mis hermanas y yo comíamos en casa de mi abuela (paterna), nos habían dejado ahí porque mi abuela (materna) estaba en el hospital y mi mamá había ido a verla. Sonó el teléfono, mi tío contesto, dijo algunos monosílabos y continuamos comiendo, cuando termínanos nos dijo que mi abuela había muerto, sentí algo en mi pecho, no sé que era, pero no era dolor, mis hermanas comenzaron a llorar, yo me forcé a hacerlo también, no me nació pero en esos momentos sentía que si no lo hacía estaba mal, era algo que debía hacer, era lo normal, o al menos eso creía.
Los días siguientes que se desarrollaron en torno al sepelio y todas las tradiciones correspondientes no dejé de llorar, forzaba mis ojos para hacerlo, me sentía culpable de no sentirlo realmente. Después me olvide lo sucedido.
Desde hace algunos años, vi a la muerte como parte de un ciclo, que la vida es un proceso y que la muerte es una sola etapa en el. Cuando alguien me decía que estaba triste porque algún ser querido había muerto me parecía que no tenían porque estar así, que esas cosas debían entenderse y listo, superarse. Y regularmente les hablaba de mis pensamientos acerca de eso, de cómo todo se trata de energía transformándose.
Cuando hace poco más de un par de meses mi tío Artemio enfermó, mi familia estaba muy preocupada y yo simplemente pensaba que teníamos que ver qué pasaba, pensaba en el proceso, en el ciclo y también me sentí culpable por no estar triste como los demás. Alguno de sus últimos días de vida, lo visité en el hospital, tenía miedo de cómo reaccionaría, pero me sentí tranquila, sabía que lo quería y que cualquier cosa que pasara sería para bien, cualquier cosa en absoluto.
La tarde en que falleció, por alguna extraña razón, en el hospital nos permitieron pasar a ver el cuerpo, ellos dicen que es “despedirse” y fue entonces que sucedió; en el momento en el que vi su cuerpo postrado en la cama, algo en mi pecho comenzó a subir por mi garganta, hasta llegar a mis ojos y sin saber por qué comencé a llorar. Sin más, no era dolor, pero era algo que pesaba, que estaba a punto de convertirse en asfixia, pero no, tampoco era sofocante. Eran lagrimas, lagrimas pesadas, lagrimas sin explicación pero con todo el sentido del mundo.
Fue entonces que sin darme cuenta conocí  los estragos que causa la muerte de un ser querido. Pero sigo sin entenderlo.
 Los días pasaron, la pesadez seguía ahí, es curioso como la muerte se instala silenciosamente en tu vida, casi a escondidas, disimulada.Pesadez silenciosa, se supone que uno está ocupado en otras cosas, primero en la ceremonia luctuosa, después en recuperar la normalidad, reponer los días en el trabajo, hacer las cosas que son necesarias, etc. pero la muerte sigue ahí, la llevas a cuestas, si tu mente se queda en blanco unos minutos, la muerte comienza a colarse en tus pensamientos, y es entonces que tienes que voltear tus ideas.
Mi tía Ausencia falleció un mes después, exactamente un mes,  la normalidad apenas si se estaba asomando a nuestras vidas, a la mía, cuando la muerte la ahuyentó.
No sé que sentí,  todo era sentimientos encontrados, desesperación, enojo, tristeza, resignación, desconcierto. Y las lágrimas inexplicables regresaron a mis ojos. Volvió la pesadez, volvió la opresión a mi pecho, seria sencillo definirlo como dolor, pero estaría mintiendo.
Aun creo en la transformación, pero hoy sé que nada es tan sencillo como razonarlo y ya, que aceptar concebir a tus seres queridos como una nueva energía viajando en el universo no es tan sencillo como creía. Que aceptar ese paso en el ciclo de la vida se dice fácil, pero no es así.
Hoy sé que la muerte se ha quedado instalada en mi vida, que seguiré llorando cuando hable de mis tíos, como ha pasado cuando me preguntarán por ellos. Que si me distraigo, la muerte se instalará en mis ojos, que no solo cristalizará mi mirada, sino que también, esta vez de verdad, oprimirá mi corazón.
Así es como ahora creo que una vez que la muerte entra un poco a tu vida, se instala, comienza una invasión silenciosa, peligrosa. Así es como tienes que vivir con ella, hablarle de vez en cuando para tranquilizarla y a ti también. Así es como de vez en cuando viene a abrirte la llave de los sentimientos para desahogar tus ojos.


miércoles, 27 de junio de 2012

La muerte te cambia la vida: Ausencia



La mayor de 8 hermanos,  creció entre juegos, campo, mocos, vacas, lloriqueos, peleas,  flores, chanclasos y risas.

No fue fácil pero sus padres  se esforzaron para darle educación, sobre todo su madre; sal de este pueblo, le aconsejaba.

La vida le preparaba otra cosa, a los 19 se casó y tuvo su primer hijo, no había vuelta atrás y su carácter siempre le ordenó andar para adelante, salir triunfante o al menos aparentarlo.

Después de dos varones dio a luz a una niña, que no solo le ablandó el corazón,  sin querer también de pasó se lo fracturó, falleció poco después de haber nacido.

Su coraza se hizo aun más fuerte, crecida en una familia tradicional (por no decir machista) y después rodeada  solo de  hombres (su esposo y tres hijos)  decidió vivir la vida con la etiqueta de “cabrona”, disfrutando de la vida, “sin pelos en la lengua” a pesar de las susceptibilidades que pudiera herir al hacerlo.

Entre más años más tranquilidad se sumaba a su vida, poco a poco fue dejando el “relajo”, pensando en tener solo paz. Nada de lo que vendría se acercaba a sus deseos.

Le diagnosticaron cáncer, lo tomó tranquilamente, es probable que se haya dicho a si misma “La vida tiene que seguir”. Tomó las quimioterapias necesarias, no permitió que la vencieran, sería absurdo negar que su cuerpo sufrió a causa de los ataques de los químicos pero su ánimo siempre se mantuvo firme. Después del tratamiento necesario y una operación terriblemente invasiva parecía haber vencido a tan horrible enfermedad.

Comenzó a creer que contaba con varias vidas, al igual que los gatos.

El peor de los males invade en silencio, los síntomas cambiaron su forma, su sitio de origen.
Aunque sospechaba lo evidente, no se dejo vencer, supero alguna otra operación y los otros males que ahora la invadían. Continuó la vida, su vida, con la naturalidad de siempre.

Pero la fuerza del espíritu no fue suficiente, el cuerpo se daña, el cuerpo se rinde. Sus vidas comenzaban a agotarse.

Fue internada  el martes  5 de Junio, sus pulmones estaban trabajando al  5% de su capacidad, sufrió un paro respiratorio, los doctores no esperaban que sobreviviera un día mas, solo un milagro podría salvarla. Y el milagro llegó, no solo pasó la noche sino que varios días más con conciencia, humor y la mínima, pero no por ello menos importante, fuerza que su cuerpo cansado le permitía tener.

Atrevida como había sido toda su vida dejó instrucciones precisas de sus adiós en esta tierra, no solo por precaución, hasta en los últimos momentos lo hacía con una enorme carga de humor.

La última de sus vidas se extinguió en poco mas de una semana.

Falleció el 15 de Junio del 2012 a las 15:00 horas.

martes, 26 de junio de 2012

La muerte te cambia la vida: Artemio


Nació en algún san juan del estado de México, de esos que abundan por tradición.

Creció bajo el cobijo de una familia humilde, jugando a sobrevivir.

A muy corta edad comenzó a trabajar más arduamente, como ayudante de albañil, poco tiempo después se vino a "la ciudad".

Aun no sabia lo que significaba ser hombre y ya estaba demostrando ser uno.

Poco a poco fue aprendiendo varios oficios, "se pegó" a un eléctrico y así fue como comenzó a incursionar en el ámbito.

Tenia pocas oportunidades de aprender pero muchas ganas de hacerlo y de esta forma logró; con las vueltas de vida, de la suerte y de la justicia divina llegar a trabajar en una fabrica, lo hizo tan bien que llegó a ser  supervisor de la misma.

Consiguió "hacerse de su dinerito" compró un terreno, construyó su casa, compró su carro.

Algunos años mas tarde, emprendería la travesía de crear un negocio propio.

La vida logro sonreírle, quien se imaginaria que ese niño pueblerino lograría tanto.

Con los años transcurrió la vida, y dio otras mil vueltas más. Lamentablemente él nunca perdió su inocencia y se dejó engañar, los humanos a veces nos convertimos en carroñeros, bestias. Así fue como a punta de confianza mal distribuida perdió todo lo que  tanto le había costado construir.

Sin embargo acostumbrado a valerse por si mismo no pidió ayuda, como pudo se encargo de salir adelante, de darle a sus esposa por lo menos el sustento diario, aunque eso cada vez le costaba más.

Él no estaba acostumbrado a los lujos, la salud era uno para el. No era de los que acostumbraba ir al doctor porque le dolía la uña.

Hace algunos años sintió malestares estomacales. Tenía que ser algo importante para consultar a un doctor. La respuesta que recibió fue gastritis, como pudo haber sido "solo tiene indigestión".

Con el tratamiento de costumbre se fue a  casa a seguir su vida, evitando las cosas que le hicieran sentir mal.

Un par de años después, tal vez más (ahora no importa), volvió a sentirse mal, de pronto comenzó a perder peso, a no poder comer, a sentir dolores que no coincidían con el diagnostico.

 Algunas ocasiones los detalles sobran, dos meses después lo internaron, su figura reflejaba su futuro próximo: la muerte.

Estuvo en el hospital durante dos semanas, de análisis en análisis, de diagnostico incierto en diagnostico incierto; tres días antes de morir le dieron la respuesta final,  tenia cáncer.

El siguió sin creerlo "yo no me voy a morir", decía.

Su mente aun tenía mucho que vivir, su cuerpo no pudo más.

 Falleció El domingo 13 de Mayo del 2012  a las 15:00 horas. 





jueves, 29 de marzo de 2012

ESA FORMA EXTRAÑA EN QUE JUEGA EL TIEMPO.

 Hay ocasiones en que estas muerta del aburrimiento y percibes el tiempo leeeentoooo.
Haces dos que tres cosas, hojeas un libro, miras por la ventana, hechas un vistazo alrededor finalmente miras el reloj, han pasado solo 10 minutos desde la última vez que viste la hora!
Caso contrario, esas muuuuuuuy pero muuuuuy  desagradables situaciones en las que tienes prisa.  A algunos nos sucede con regularidad por las mañanas (por no decir siempre) tienes15 minutos para salir de tu casa y dirigirte a… donde quiera que tengas que dirigirte; pero noooo, por alguna extraña razón gastas eso 15 minutos en cada una de las siguientes actividades: buscar las llaves, los lentes, el dinero, tu zapato, peinarte más lo que se le sume, y si terminas saliendo mínimo 40 minutos más tarde de lo que tenias planeado, o mejor dicho de lo que podías tardar.
Así es como el tiempo juega con nosotros a correr cuando necesitas caminar y a arrastrarse cuando necesitas que pase rápido.
A cualquiera podría pasarle por ejemplo… digo es algo que se ocurre así de repente… salir del trabajo(aparentemente temprano) para ir a realizar un trámite… no saber cómo llegar, esperar que te salve un taxi, no encontrar uno, caminar 40 minutos para acercarte, que te duelan los pies, por fin llegar (5minutos tarde)  y que no te atiendan.
Pero bueno algunos no tenemos remedio, nos gusta ser víctimas de las jugarretas del tiempo.

domingo, 11 de marzo de 2012

Madurar se trata de romperse…
Romper sueños, utopías, romper el caparazón?
Madurar es un poco dejar de creer que se puede, entender que las pataletas y berrinches no funcionan ya.
Romper lazos, costumbres…Romper  barreras.
Madurar es no querer pero hacerlo. Es tan irreal como doloroso.
Es miedo, esperanza. Es tristeza y fe.
Madurar es desear tanto tiempo serlo y no darnos cuenta cuando lo logramos.


domingo, 12 de febrero de 2012

Te convertiste en espiral: tu voz me recordó a la lluvia y la lluvia me recordó tu voz.
Aquella tarde en que rompiendo nuestra promesa de sinceridad L me decía que le gustaba el danzar de la lluvia sobre las hojas de los arboles,  yo le decía que me gustaba porque cada gota era un beso.
 Hoy recordé la sonrisa que nos regalamos, llena de perdón, perdón por mentir, pero agradeciendo la ausencia de una verdad incomoda, lo cierto es que ambas disfrutamos la lluvia pensando en un amor pasado.
Hoy la lluvia cantaba tu nombre, también en las hojas de los arboles. Hoy la lluvia trajo el recuerdo de tus besos sabor metal, de tus atinados silencios;  también la impaciencia de un deseo marchito, ese en el que imaginamos en voz alta pasar juntas una tarde lluviosa y hacerla nuestra.
Piénsalo bien, nada mejor que seguir siendo danza de besos entre las hojas.

sábado, 28 de enero de 2012

TIOVIVO

Algunas personas hacen un alto en su andar al estar frente a él, sonríen instintivamente, siguen su camino.

Algunas otras, con mayores beneficios de tiempo, se detienen, lo admiran y hasta posan frente a él tratando de conseguir esa expresión que años atrás aparecía en su rostro cuando recién lo conocieron y sobre todo disfrutaron al máximo.

Todos le escuchan entonar canciones alegres, una y otra vez, uno creería que su felicidad nunca termina; sin embargo su constante pirueta oculta la soledad que lo invade...

Rodeado y solo...

Curiosamente nadie intenta siquiera subir al hermoso carrusel...

Está destinado al olvido en un tiempo que se le acaba en cada giro. 

domingo, 15 de enero de 2012

NUR

Siempre he querido escribirle un poema, el mejor.
A veces la miro y pienso que no hay mejor poema que su sonrisa, que su mirada, que su existencia misma.
A veces me siento por horas a pensar en ella, tratando de encontrar la más mínima rima en sus recuerdos, pero me pierdo en instantes, sonrío… olvido o pierdo cualquier inspiración.
Gran parte de mi vida había pensando que el amor es un motor para el universo, que es lo que hace girar al mundo, es probable que no supiera de lo que hablaba; lo que siento por ella no cabe en esas 4 letras, la satisfacción que me provoca dibujar una sonrisa en su rostro no me cabe en el pecho.
A veces creo estar segura de lo sencillo que es imponerse una musa, a veces las letras le van dando su lugar, dibujando su trono; pero qué pasa cuando esa musa es autentica, cuando hace que la poesía nazca en tu pecho y no en tus manos?...
Como describir  algo inexplicable?
Uno va por la vida pensando, definiendo, buscando la felicidad; un día sin darte cuenta, ésta te toma  de la mano…
Ese día se acaban las palabras y los sentimientos en medida; terminan tus filosofías, tus sueños y utopías, el día en que te basta su abrazo y escuchar su vocecita decirte tía.
Tiene poco más de dos años, pero han sido suficientes para transformar mis 25 absurdos años en vida.